sábado, 14 de febrero de 2015

Bio del Barrio: Fasito


Había una vez un pibe que se llamaba Fasito. Le decían así porque era alto, delgado y muy blanco y además siempre olía dulce y fuerte. Se dedicaba a pintar grafittis en la calle y el en barrio se confundían cuando decían "pintó Fasito". Por ejemplo; un día pasó un patrullero y le pregunto a la barra quién había hecho una pintada en la puerta de la iglesia, contestaron "pintó Fasito" y se los llevaron a todos menos al mismisimo Fasito, que estaba comprando aerosoles. Los colores que más le gustaban eran el verde y el marrón. Según él "iban con su onda”. Era un romántico de barrio que escribía cosas como "Fasito acá se planta" "esquina del Fasito" o "¡no me quemes!", aunque también ponía cosas como "puto el que lee", pero eso ya le parecía medio infantil.

Fasito trabajaba medio tiempo en una carnicería, donde el dueño, Tito, parecía siempre demasiado estricto: "el Duro" lo llamaban. Era bastante amigo de Fasito, pero cuando peleaban Tito pegaba más, y así Fasito terminaba haciendo las tareas más difíciles, siempre con esa sonrisa medio boba que lo caracterizaba. Igualmente Tito lo quería mucho,  y siempre le decía que cuando tuviera un poco más de guita lo iba a llevar a esquiar. Fasito se veía ya cubierto de nieve y Tito le decía que iba a hacer de él "todo un serranito".


        Las viejas lo adoraban a Fasito, sobre todo le pedían recetas para la carne. Decían "nadie mejor que Fasito para condimentar una cena"

       Aún así, Fasito era algo pichi con las minas; Cuando salía de noche parecía que se prendía, brillaba el chabón pero a medida que pasaba el tiempo se consumía; y si al principio se rodeaba de todos, al final de la noche terminaba en solo en una esquina, y si terminaba con una mina, no se le paraba y al toque se dormía. Por eso, cuando a algún amigo de él le pasaba igual, lo cargaban diciendo: "debe ser por Fasito"

           En el fondo, a Fasito le chupaba todo un huevo.


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